Chile, contrariando sus compromisos previos, niega que existan asuntos pendientes entre ambos países y decide suspender las reuniones programadas en el marco de la Agenda de los 13 Puntos. Por ello, el 23 de marzo de 2011, el Presidente Evo Morales anunció la decisión de Bolivia de acudir ante tribunales internacionales para resolver el problema relativo al enclaustramiento geográfico boliviano.
El 24 de abril de 2013, Bolivia interpuso ante la Corte Internacional de Justicia una demanda en contra de Chile, presentando su Memoria el 15 de abril de 2014, documento que contiene la explicación detallada de los argumentos de hecho y de derecho sobre los que se fundamenta su posición.
La demanda boliviana afirma que Chile se ha comprometido, a través de actos unilaterales, convencionales, práctica diplomática y declaraciones oficiales, a negociar con Bolivia un acceso soberano al océano Pacífico.
En el petitorio de su demanda, Bolivia solicita a la Corte Internacional de Justicia que juzgue y declare que:
a) Chile tiene la obligación de negociar con Bolivia con el fin de alcanzar un acuerdo que otorgue a Bolivia un acceso plenamente soberano al océano Pacífico;
b) Chile ha incumplido dicha obligación;
c) Chile debe cumplir dicha obligación de buena fe, pronta y formalmente, en un plazo razonable y de manera efectiva, a fin de otorgar a Bolivia un acceso plenamente soberano al océano Pacífico.
Fundamentos de la demanda de Bolivia ante la Corte Internacional de Justicia
La demanda boliviana está plenamente sustentada en actos unilaterales, convencionales, práctica diplomática y declaraciones oficiales que, conforme al Derecho Internacional, generan obligaciones jurídicamente vinculantes. Una demanda ante un tribunal internacional no puede, bajo ninguna circunstancia, ser considerada como un acto inamistoso u hostil entre Estados.
El arreglo judicial constituye uno de los principales y más efectivos mecanismos de solución pacífica de controversias previstos por el Derecho Internacional. Ante el agotamiento del diálogo entre Bolivia y Chile y frente la afirmación de este país de que no existen asuntos pendientes entre ambos Estados, Bolivia acudió ante la Corte Internacional de Justicia a fin de encontrar una solución a este centenario problema.
El objeto de la demanda de Bolivia no se funda en el Tratado de 1904
Desde finales del siglo XIX se produjeron diversos acercamientos y gestiones para buscar una solución al enclaustramiento geográfico de Bolivia producto de la invasión chilena de 1879. Esto solo deja en evidencia que existe un problema pendiente entre ambos países. La demanda boliviana no tiene por objeto cuestionar el Tratado de 1904 ni los límites establecidos en él, sino crear un espacio de diálogo en el que ambos Estados, de manera conjunta y velando por sus respectivos intereses, puedan encontrar una solución al problema del enclaustramiento, mismo que ha sido un obstáculo en sus relaciones durante más de cien años.
La demanda boliviana no amenaza a los tratados ni a las fronteras internacionales
Con la convicción de ser un país que cree y promueve la cultura del entendimiento, Bolivia acude ante la Corte Internacional de Justicia en busca de diálogo para resolver pacíficamente y de buena fe, la prolongada disputa sobre el acceso soberano al océano Pacífico.
La demanda no busca alterar el orden internacional de los límites y fronteras, como tampoco amenaza los tratados internacionales. Por el contrario, Bolivia invoca el Derecho Internacional y sus principios para que Chile cumpla su compromiso de negociar de buena fe un acceso soberano al océano Pacífico.
Asimismo, Bolivia ha solicitado en reiteradas oportunidades a la comunidad internacional que acompañe a ambos países en este desafío por la integración, la justicia y el derecho, sobre la base de que Chile comprendió que Bolivia no podía quedar indefinidamente enclaustrada. Esta fue la actitud demostrada por muchas de sus más altas autoridades. Solo cuando esta controversia sea definitivamente solucionada habrá una verdadera amistad entre ambos países, con lo cual será posible consolidar la anhelada integración en América del Sur.